La Biblia está llena de misterios que pueden ser desde fenómenos atmosféricos, hasta símbolos y formas de como concebir a un ser superior.
Pero... ¿qué sucede cuando lo que se está describiendo detallada y minuciosamente, parece ser una nave capaz de volar y moverse?.
¿Qué pasa cuando no hay lugar a ambigüedades, de modo que un ingeniero de la NASA ve en ello claramente un ingenio técnico factible y además bien descrito de modo que lo dibuja y lo patenta oficialmente?.
Pues sucede que nos hallamos ante una de las maravillas que nos han dejado los textos sagrados de todas las culturas (en este caso, la judío-cristiana) a los seres humanos de nuestro tiempo.
Personas que crecidas por nuestros modernos avances tecnológicos consideramos ignorantes, a nuestros antepasados, cuando si miramos estos escritos de vez en cuando e incluso a través de los ojos del citado ingeniero norteamericano Josef Blumrich, de quien hablaremos más adelante, recibimos una auténtica "cura de humildad".
de Rafael, 1518. Galería Palatina, Florencia..
La visión del profeta
Aunque se hace difícil la comprensión de la descripción de la visión con el lenguaje de la época; ya desde el principio hay algo que no cuadra con ese entorno.
Leyendo la explicación, parece como si le estuviera describiendo la visión a una persona del futuro.
Ez 1:4-24 (LBLA)
Miré, y he aquí que un viento huracanado venía del norte, una gran nube con fuego fulgurante y un resplandor a su alrededor, y en su centro, algo como metal refulgente en medio del fuego.
En su centro había figuras semejantes a cuatro seres vivientes. Y este era su aspecto: tenían forma humana.
Tenía cada uno cuatro caras, y cuatro alas cada uno de ellos.
Sus piernas eran rectas, y la planta de sus pies era como la planta de la pezuña del ternero, y brillaban como bronce bruñido.
Bajo sus alas, a sus cuatro lados, tenían manos humanas. En cuanto a las caras y a las alas de los cuatro,
sus alas se tocaban una a la otra y sus caras no se volvían cuando andaban; cada uno iba de frente hacia adelante.
Y la forma de sus caras era como la cara de un hombre; los cuatro tenían cara de león a la derecha y cara de toro a la izquierda, y los cuatro tenían cara de águila;
así eran sus caras. Sus alas se extendían por encima; con dos se tocaban uno a otro y con dos cubrían su cuerpo.
Y cada uno iba de frente hacia adelante; adondequiera que iba el espíritu, iban ellos, sin volverse cuando andaban.
En medio de los seres vivientes había algo que parecía carbones encendidos en llamas, como antorchas que se lanzaban de un lado a otro entre los seres vivientes. El fuego resplandecía, y del fuego salían rayos.
Y los seres vivientes corrían de un lado a otro como el fulgor del relámpago.
Miré a los seres vivientes, y he aquí, había una rueda en la tierra junto a cada uno de los seres vivientes de cuatro caras.
El aspecto de las ruedas y su hechura era como el brillo del crisólito, y las cuatro tenían la misma forma; su aspecto y su hechura eran como si una rueda estuviera dentro de la otra rueda.
Cuando andaban, se movían en las cuatro direcciones, sin volverse cuando andaban.
Sus aros eran altos e imponentes, y los aros de las cuatro estaban llenos de ojos alrededor.
Y cuando los seres vivientes andaban, las ruedas se movían con ellos. Y cuando los seres vivientes se levantaban de la tierra, las ruedas también se levantaban.
Y adondequiera que iba el espíritu, iban ellos en esa dirección. Y las ruedas se levantaban juntamente con ellos; porque el espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas.
Cuando ellos andaban, andaban ellas, y cuando ellos se detenían, se detenían ellas. Y cuando ellos se levantaban de la tierra, las ruedas se levantaban juntamente con ellos, porque el espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas.
Sobre las cabezas de los seres vivientes había algo semejante a un firmamento con el brillo deslumbrante de un cristal, extendido por encima de sus cabezas.
Y debajo del firmamento sus alas se extendían derechas, la una hacia la otra; cada uno tenía dos que cubrían sus cuerpos por un lado y por el otro.
Y oí el ruido de sus alas cuando andaban, como el estruendo de muchas aguas, como la voz del Todopoderoso, un ruido de tumulto como el ruido de un campamento militar; cuando se detenían, bajaban sus alas.
Lo que parece estar describiendo, es un aparato con alas acompañado de una especie de discos voladores.
Además, la tecnología voladora, brillante (se deduce que es metálica) es totalmente lejana a la época en la que tiene lugar la descripción, de modo que gana mérito el hecho de que Ezequiel pueda transmitir aún hoy día la sensación de estar ante un gran aparato mecánico, en una era en la que aparentemente no correspondería este tipo de tecnología.
¿Qué explicación encuentran al hecho de que una persona que vivió hace más de 2.500 años en un tiempo en el que el transporte era por medio de animales, pueda explicar la visión de un aparato con alas que está rodeado por unos discos voladores?...
La visión del ingeniero
Erich von Däniken, el jefe del departamento de investigación de proyectos de la NASA en Huntsville (Alabama) Josef Blumrich se dedicó a investigar minuciosamente la visión del Profeta Ezequiel, de tal manera que finalmente aceptó que lo que se estaba describiendo sin duda era una nave voladora.
De modo que reconstruyó el aspecto de lo que vio el profeta y acabó patentando algunos elementos como la rueda descrita anteriormente, denominándola rueda omnidireccional (omnidirectional wheel).
Reconstrucción de la visión de Ezequiel. A la derecha, Josef Blumrich
La patente se encuentra en la página oficial de la United States Patent and Trademark Entre en : www.uspto.gov
Otras posturas aseguran que lo que el Profeta Ezequiel describe en su libro es una MERKABA.
Merkaba (del antiguo Hebreo: מרכבה, carroza.
Presenta una raíz consonántica r-k-b, que tiene el significado general de dirigir (a un animal, en una carroza).
Aparece en la Biblia, Ezequiel 1:4-26, para referirse al trono-carroza de Dios, como un vehículo de cuatro ruedas conducido por cuatro Querubines, cada uno de la cuáles poseyendo cuatro alas y cuatro caras: de un hombre, un león, un buey y un águila.
En el Judaísmo medieval, el comienzo del libro de Ezequiel fue reconocido como el mayor pasaje místico de la Biblia.
En las modernas enseñanzas esotéricas, el Merkaba es presentado como un vehículo interdimensional bajo forma isométrica, compuesto por dos tetraedros de luz entrelazados por un centro común, donde un tetraedro apunta hacia arriba y el otro hacia abajo, girando en sentidos contrarios (contra rotatoria).
Este punto de simetría es conocido como estela acutángula u octaedro estrellado, el cual puede ser obtenido también extendiendo las caras de un octaedro regular hasta provocar su intersección de nuevo.
Otra parte de la Biblia que sin duda nos deja muchas cosas que reflexionar es el Libro de los Reyes
El profeta Elías es llevado por un carro de fuego
2R 2:11-12 (LBLA)
Y aconteció que mientras ellos iban andando y hablando, he aquí, apareció un carro de fuego y caballos de fuego que separó a los dos. Y Elías subió al cielo en un torbellino.
Lo vio Eliseo y clamó: Padre mío, padre mío, los carros de Israel y su gente de a caballo. Y no lo vio más.
Entonces tomó sus vestidos y los rasgó en dos pedazos.
Lo de carro de fuego y caballos de fuego no encaja.
Pero de qué otra forma una persona de esa época podría describir a un vehículo volador de alta tecnología.
Solo comparándolo con lo que conocía como medio de transporte: una carreta tirada por caballos.
De la misma manera Enoc fue raptado.
Génesis 5:24 (LBLA)
Y Enoc anduvo con Dios, y desapareció porque Dios se lo llevó.
Hebreos 11:5 (LBLA)
Por la fe Enoc fue trasladado al cielo para que no viera muerte; Y NO FUE HALLADO PORQUE DIOS LO TRASLADO; porque antes de ser trasladado recibió testimonio de haber agradado a Dios.
Como comente al principio son muchos los misterios que encierra la Biblia y muchas las distintas interpretaciones que se le pueden dar a estos capítulos.
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